El trabajo presenta una intervención en Salud Mental destinada al apoyo emocional de los habitantes de Peralillo y sus alrededores, luego del terremoto que afectó a Chile en Febrero de 2010. Los objetivos fueron realizar actividades de prevención y contención emocional, asentado en las redes intersectoriales de la zona. El diseño de la Intervención contó con 24 voluntarios egresados, practicantes, académicos y profesionales afiliados a la Escuela de Psicología de la Usach, quienes realizaron un total de 14 visitas a la localidad. El alcance de la experiencia fue radial y con efecto dominó. Se realizaron atenciones individuales a 201 personas y 21 talleres de apoyo emocional grupal en espacios comunitarios (alcanzando a 332 personas), además de otras actividades específicas con funcionarios de Salud, prevención y psicoeducación en la Radio local, espacios públicos, salas de espera e intervenciones "puerta a puerta" en 36 hogares. Luego de un cierre de actividades, se evalúa la experiencia como exitosa en la implementación de un trabajo radial en coordinación con las redes de Salud Pública para hacer frente a la emergencia. Sin embargo, también surge la necesidad de abordar la prolongación del desastre en la medida que fuertes réplicas continúan. Se plantea como desafío para la disciplina clínica abordar las necesidades formativas que permitan hacer frente a nuevos desastres naturales, en función de esta experiencia.
This work presents a mental health intervention aiming at providing emotional support of the population of Peralillo and its surroundings, due to the earthquake that occurred in Chile on February, 2010. The goals were to implement prevention and emotional contention based on the contact with the local community network. The design included 24 volunteers affiliated to the School of Psychology (Usach), which participated in 14 visits to the area. The realm of the experience was radial and with a domino effect. 201 people were attended individually, 21 groups of emotional support were implemented (reaching 332 persons), in addition to other activities with health workers, prevention and education through the local radio, public spaces, waiting rooms, and door to door interventions in 36 homes. After concluding the intervention, the experience is regarded successful in terms of the radial coordination with the Public Health networks to face the emergency. Nevertheless, it is also necessary to consider the continuity of the disaster since strong aftershocks are still affecting the area. A new challenge to the clinical discipline will be to attend formative needs in the curricula to face future natural disasters based on this experience.