摘要:En este artículo, en primer lugar, se insiste en la importancia de la observación de la conducta de los entrenadores en competiciones infantiles y juveniles como paso previo a cualquier intervención o asesoramiento psicológico. En segundo lugar, se resumen intervenciones conductuales llevadas a cabo con entrenadores de baloncesto y fútbol y, en tercer lugar, se describe el diseño, aplicación y evaluación de un Programa de Asesoramiento Personalizado a Entrenadores (PAPE) para promover un estilo positivo de comunicación con sus jugadores. Para evaluar los comportamientos de los entrenadores se utilizó el Sistema de Evaluación de las Conductas del Entrenador (CBAS) y los entrenadores evaluaron el PAPE a través del Cuestionario de Eficacia del Programa de Formación. Los resultados muestran que tres de los cuatro entrenadores cambiaron sus conductas en el sentido esperado, aumentando la frecuencia de conductas de apoyo y disminuyendo las conductas de castigo. Una intervención individualizada permite señalar y mejorar las necesidades específicas de cada entrenador sin cambiar su propio estilo y además facilita la implicación de los entrenadores en su propia mejora.
其他摘要:In this paper, we start by highlighting the importance of observing the behaviour of coaches at children and adolescents' sporting events as an initial step prior to any psychological guidance or other form of intervention. Secondly, a review is made of behavioural interventions that has been carried out with basketball and soccer coaches. Thirdly, a description is made of the design, implementation and evaluation of the Programa de Asesoriamiento Personalizado a Entrenadores (PAPE) (Personalized Programme for Coaches Counselling), aimed at promoting a positive style of communication with players. In order to assess the coaches' behaviour, Coaching Behaviour Assessment System (CBAS) was used and the coaches assessed the PAPE by completing a Training Programme Effectiveness Questionnaire. The resultsshow that three of the four coaches changed their behaviour as was hoped, increasing the frequency of the supportive behaviors they gave and reducing punitiveness. By taking an individualized approach, the specific needs of each coach could be identified and worked on, without changing their individual style. Additionally, each coach could carry out a process of self-improvement.