摘要:El pasado primero de septiembre, el Presidente Fox brindó al país un discurso corto y sobrio (apenas unas 15 cuartillas), en el que lo importante no fue la rendición de magras y deslucidas cuentas de lo hecho por su administración durante los doce meses anteriores, sino una tesis política vertida en tono de grave y, al mismo tiempo, orgullosa satisfacción: hemos concluido la primera fase de la consolidación democrática, refiriéndose a los primeros dos años de su gobierno. En palabras del Presidente, los siguientes dos tercios de su administración serán para dar cauce, ahora sí, a las reformas estructurales que el país necesita. Pero esta nueva etapa, puntualizó, no arrojará resultados positivos si no se logran construir la mayorías necesarias en el Congreso que aprueben los cambios legales. Es la hora de los acuerdos enfatizó.