摘要:La ola de violencia que vivimos los mexicanos, sin duda, no es única ni la más degradante de todas la violencias. Vivimos, al igual que muchos países del mundo, una violencia de carácter individual y colectivo. A esta primera tipología podríamos agregar otras cuatro más, la violencia estructural, la violencia institucional, la violencia delictiva y la violencia simbólica. No obstante, todas estas expresiones, no importa cuál sea, tratan de una violencia que trasciende el tiempo y el espacio para instaurarse en lo más profundo de la cultura de un pueblo, y convertirse en una amenaza no sólo para el individuo, sino para la colectividad, simplemente porque la violencia a la que nos referimos es una violencia construida socialmente que rompió sus diques de institucionalidad.