摘要:En este ensayo nos proponemos expresar algunas reflexiones que giran en torno a las siguientes preguntas, ¿Puede, una sociedad de tradición oral aún muy vigente en la vida cotidiana, obtener globalmente puntajes elevados en las pruebas PISA? ¿Es la lectura una habilidad (o un conjunto de habilidades) o conviene, más heurísticamente, concebirla como una actividad? ¿Es objetivamente evaluable la "habilidad" de lectura? Alrededor de estas preguntas se discuten algunas características de la sociedad mexicana ligadas a características específicas de la prueba PISA, de diseño "eurocéntrico", se discute la concepción de lectura subyacente a la elaboración de las pruebas y se analizan algunos ejemplos de textos y de reactivos, usados en el año 2000 en México, que nos señalan que es imprescindible comenzar a hacer, en profundidad, estudios que ubiquen en su justa dimensión los resultados mexicanos. Finalmente, se justifica por qué es importante orientar los recursos económicos a los lugares prioritarios del sistema educativo, escuelas, maestros y bibliotecas y no a seguir engrosando las filas de las burocracias educativas centrales.
其他摘要:In this essay we intend to express some reflections concerning the following questions: Can a society with an oral tradition that is still very present in daily life globally obtain high marks in the PISA tests? Is reading a skill (or a set of skills) or should we conveniently and heuristically, conceive it as an activity? Can the reading "skill" be objectively evaluated? In relation to these questions some aspects of Mexican society and linked to specific characteristics of the PISA test, which is of "Eurocentric" design, are discussed. We discuss the conception of reading underlying the elaboration of the tests, and we analyze some examples of texts and items used in Mexico in the year 2000 which point out that it is essential to begin a profound study in order to evaluate the Mexican results fairly. Finally, we justify why it is important to direct economic resources to the priorities of our educational system, schools, teachers and libraries, rather than swelling the central educative bureaucratic ranks.