Un cambio histórico en España ha supuesto, para alcanzar el gobierno con ciertas garantías de estabilidad y eficacia, el pacto entre la derecha española y las fuerzas del centro-derecha basadas fundamentalmente en presupuestos nacionalistas periféricos. La incapacidad de la oferta electoral, liderada por Aznar, de alcanzar una mayoría absoluta suficiente para gobernar, ha impulsado una alianza insólita que debe enfrentarse en los próximos meses al reto que supone alcanzar los criterios de convergencia de Maastricht y a continuar los esfuerzos en pro de la modernización de España.