De una manera anecdótica se podría decir que todo comenzó con un comentario hecho al paso por el vicepresidente de la República, Alberto Dahik, en una entrevista radial. En un país en que, por lo menos durante el último año y medio, no existían motivos para entusiasmarse con la política, el anuncio de una posible consulta popular sobre reformas constitucionales no dejaba de ser un buen titular de primera plana. Mucho más cuando el ministro de Información debió renunciar a su cargo por haber reivindicado aquel anuncio como una potestad privativa del presidente Sixto Durán Ballén, lo que le llevó a enfrentarse directamente con el Vice.