La constitución del Mercado Común del Sur (Mercosur) que empuja a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay a un proceso acelerado de desgravación arancelaria, plantea un enorme conjunto de desafíos para la efectiva realización de nuestros procesos de integración. Uno de los ejes problemáticos lo constituyen las diversas culturas nacionales que deben ser analizadas hoy no desde el enfoque de sus ideas en función de alguna ideología, sino desde la óptica de las formas de expresión, de las llamadas industrias de la cultura, en tanto que aparato económico, y por ende soporte real, de la propia producción de bienes y servicios culturales.