A partir del contexto específico de la sociedad peruana, se abordan los lazos de interdependencia con las sociedades industriales. Temas de relevancia social como la droga, la violencia y la marginalidad sirven de telón de fondo de las reflexiones que se desarrollan, sustentadas en la Teoría Crítica del Sujeto. La moderna civilización industrial pone el afán de lucro en el centro de toda preocupación, desconectando al individuo de sus auténticas necesidades. A superindividualismo de la sociedad de consumo - y cada vez más, también de las urbes pobres latinoamericanas - se contrapone la idea del individuo inmerso en un entorno, responsable frente a sí mismo y a los demás.