Se tratan aquí algunas cuestiones generales, que en opinión del autor deben ser consideradas si se intenta incorporar activamente a los jóvenes latinoamericanos a la construcción de un orden que supere efectivamente las desgracias e injusticias que viven nuestros pueblos. El autor afirma que si no se estimula a la juventud para que juegue un rol propio como actor social, será imposible que ésta se involucre efectivamente en los procesos de democratización. Más que elaborar o precisar contenidos, la cuestión esencial que debe preocupar a quienes se interesan por los temas y problemas de los jóvenes es la de asegurarles a ellos un rol en la búsqueda de las soluciones que los comprometen, sea en la escuela, a nivel de la comunidad rural, en la universidad, sus lugares de habitación o recreo.