Orihuela actuó durante la Guerra Civil Española como foco de atracción de refugiados procedentes sobre todo del Centro de la Península y Andalucía. Llegaron principalmente durante los primeros doce meses de la contienda, marcando los avatares de la Guerra el ritmo de los desplazamientos. Para su atención se creó un Comité Local de Refugiados, en noviembre de 1936, que coordinó sus acciones con las del propio Ayuntamiento oriolano, gracias a las cuales pudieron concederles ayudas económicas y alojamientos. Frente a esta corriente, existe una inmigración tradicional (según reflejan los Padrones de Población de 1930 y 1945) en la que participan contingentes de emigrantes que proceden sobre todo de las áreas geográficamente más cercanas al Bajo Segura, en las provincias de Alicante y Murcia.