Los tres pequeños municipios de la Vall de Beneixama, carentes de un decisivo impulso endógeno, habían quedado marginados del proceso de industrialización generado en las comarcas circundantes: calzado en el Vinalopó, juguetes en la Foia de Castalla y textil en les Valls d'Alcoi. No obstante, la crisis estructural padecida por esos ramos de actividad en los años sesenta y setenta, con la quiebra del modelo empresarial de integración vertical, y su sustitución por un modelo más flexible, con tareas desagregadas, impulsó el desarrollo industrial en la Vall, gracias a una oferta de mano de obra barata y a una dinámica laboral en buena parte clandestina y dispersa.