En este artículo se analiza la evolución de la tensión con la que nace el campo del currículo entre el desarrollo de una conceptualización y su necesidad de orientar la práctica educativa. Esta tensión que tiene su origen en el surgimiento del campo en el siglo XX, se reproduce en el debate académico contemporáneo, entre un grupo de autores y posiciones intelectuales que tienen como meta establecer desarrollos conceptuales del campo del currículo transitando por diversas propuestas de lo que genéricamente se denomina el pensamiento “pos”, pos-crítico, pos-estructuralista, pos-marxista y las visiones de otro grupo de académicos que considera que hay una obligación ética y moral de considerar la práctica como un elemento básico en el trabajo curricular. Orientar y reflexionar sobre la práctica curricular afecta a millones de alumnos en la región de ahí su importancia. Por otra parte, el autor analiza hasta dónde la teoría curricular puede seguir una forma de pensamiento exclusiva, en el sentido que Herbart le asignaba a la pedagogía, esto es construir conceptos propios para no verse dominado por otra disciplina, o si bien, el destino de la conceptuación curricular debe desarrollarse en un ámbito foucaultiano, reconociendo la necesidad de integrar lo que una sociedad produce en un momento determinado, aceptando que el campo curicular debe nutrir su conceptuación con las aportaciones de las diferentes disciplinas.