Nos proponemos analizar Entre bobos anda el juego de Francisco de Rojas Zorrilla, doblemente caracterizada como comedia de enredo y comedia de figurón por la crítica. Dentro de esta, destaca la de Maria Grazia Profeti (1998), quien considera a don Lucas del Cigarral representativo de la “violencia de las cosas, del dinero” y de la “corporeidad grotesca”, aunque al final resulte ser el más sabio al desnudar la crisis socioeconómica del Imperio. Para comprender la razón de esta aparente incoherencia, partiremos del concepto de metateatro, género que plasma la percepción teatralizada de la vida y la autoconciencia del personaje y/o del dramaturgo. Así, don Lucas no sería ese ser grotesco del cual todos se ríen sino quien se complace en dirigir las acciones de los demás personajes en tanto “dramaturgo/director ficcionalizado”, usando estrategias propias del arte teatral para producir determinados efectos en sus destinatarios (personajes y espectadores).