摘要:Los retornos generados por la educación superior han demostrado ser generosos, especialmente en países en vías de desarrollo. Sin embargo, generalmente existe desigualdad en las oportunidades de acceso a la educación terciaria, el cual es limitado por el alto costo de la misma y por el acceso inadecuado a los mercados financieros, especialmente para aquellos estudiantes de estratos socioeconómico bajos. Las cifras recientes sobre el costo total de la educación superior, incluyendo matrícula, cuotas y costo de vida, muestran que éste representa, en promedio, el 35% del PIB per cápita en los países miembros de la OCDE. En América Latina, el costo representa un porcentaje aún mayor del PIB per cápita: alrededor del 66% en Colombia y del 96% en Perú1. Con una oferta educativa de tan alto costo, los países con recursos limitados enfrentan dificultades para financiar grandes expansiones en la cobertura de la educación superior. En muchos países, el resultado ha sido que sólo pequeños grupos privilegiados asisten a la universidad. Lo mismo sucedía también en Colombia: en 2002, antes del inicio del Proyecto, la tasa de matrícula en educación terciaria entre la población de bajos ingresos era de menos del 20 por ciento, comparado con casi el 60 por ciento de estudiantes de altos ingresos. El acceso a una educación superior de buena calidad se veía limitado por la escasez de los recursos, especialmente para aquellos estudiantes de familias pobres.