Durante la primera centuria de nuestra era, en el conjunto cerámico de Lucus Augusti se diferencian el bloque de las importadas y el de la indígena, actuando éste a manera de cerámica común. Y aunque aferrado a las formas tradicionales de elaboración, algunas piezas muestran ciertos indicios de influencia en el tratamiento de la pasta, en su desarrollo formal o en su decoración. Todas estas manifestaciones, aisladas o combinadas, se dan en una corta serie de muestras indígenas caracterizadas por hallarse engobadas; técnica novedosa que en el caso que nos afecta parece aplicarse con criterios decorativos. Piezas que, aunque influenciadas y pese a lo que a primera vista se pudiera considerar, constituyen, a nuestro entender, un mal indicador de la progresiva extensión del proceso romanizador.