摘要:La epidemia de COVID-19 nos enfrenta a una situación sin precedentes en la que descubrimos nuestra vulnerabilidad de modos variados y dramáticos. Amparados en la poderosa tecnología con que contamos, observamos ahora, sin embargo, nuestra enorme penuria al no poder dar una respuesta adecuada a la amenaza a nuestra salud y a nuestra supervivencia. La fragilidad que padecemos se pone de manifiesto en diferentes ámbitos: la vulnerabilidad de nuestra condición corporal y mortal, que nos obliga a refugiarnos en el confinamiento aislándonos de un medio que se ha tornado hostil y donde también descubrimos nuestra flaqueza psicológica; la vulnerabilidad de las situaciones de mayor desvalimiento, que ponen en evidencia la debilidad de los sistemas sociales y sanitarios para proteger a quienes se encuentran en una condición más delicada; la vulnerabilidad de los sistemas de gestión de recursos, que encaran la toma de decisiones más compleja tratando de preservar la justicia, y lo que podríamos denominar la vulnerabilidad moral, pues se pone en cuestión nuestra capacidad de manejar entornos deliberativos para resolver adecuadamente los conflictos de valores. Es preciso revisar estos entornos de vulnerabilidad para dar cuenta de cómo la realidad de la pandemia nos obliga a revisar y a desarrollar una ética a la altura de las circunstancias.