Vivimos en un mundo cuyo modelo económico y político permite y apalanca una irracional acumulación de la riqueza en pocas manos, este fenómeno y sus consecuencias sociales, políticas, culturales y demás, son de obligatoria comprensión y transformación por parte de las Universidades y sus funciones sustantivas: investigación, formación y extensión, éstas particularmente deberían jugar un papel decisivo.