摘要:Mientras pegaba el último cartel de “Se busca” en una alejada y un tanto olvidada pared de la fría Londres, cerré mi sombrilla y entré a una droguería para comprar una pastilla que me ayudara a sobrellevar la insoportable migraña que, por aquellos días, me acompañaba. Con un pésimo inglés, intenté preguntarle a la farmaceuta si, por casualidad, había visto un niño como el de la fotografía. Ella, con amabilidad, movió su cabeza para decir que no. Volví a abrir la sombrilla y me dirigí a la estación del metro que estaba a dos calles.