摘要:Una de las consecuencias insospechadas de la globalización en lo que atañe a la historiografía ha sido la recuperación de la posibilidad de grandes narrativas, las únicas capaces de ofrecer alternativas a la potente irrupción de un presente interconectado a escala mundial. Ostensible desde los años 60, la fragmentación de los campos de estudio del historiador tradicional occidental y más o menos universalista en sus pretensiones interpretativas, inerme en apariencia ante la invasión de especi...