摘要:La Lección Inaugural de Ricardo Rojas (nombrado en 1912 al frente de la cátedra) está puesta bajo el reconocido manto del nacionalismo espiritualista, es decir, una forma de vitalismo que encuentra en cierta versión de la historia la razón de su fuerza. Para Rojas, los monumentos de una literatura son la “forma visible y perdurable de esas secretas corrientes que elaboran la conciencia y la cultura de un pueblo”. Ese vitalismo que arrastra tanto a La restauración nacionalista como a la fundación de la cátedra universitaria y su hija dilecta, la Historia de la literatura argentina urdida por Rojas entre 1917 y 1922, se deja leer en la lección inaugural, donde Rojas caracteriza el ámbito de problematización que lo espera (que lo llama) como la conjunción (nosotros diríamos, hoy, agenciamiento, y diríamos también: vocación) de dos grandes ramas de estudios: las materias de entonación nacional (“paisajes, hombres, árboles, trajes, voces, mitos, emociones, cuanto constituye la tierra y el alma nativas”) y las materias de entonación universal (“el fondo generoso y humano de la civilización greco-latina”). Un programa semejante sólo puede encontrar sus herramientas metodológicas en el campo del comparatismo, que Rojas ejercitó aún sin defender su teoría, tanto en su Lección Inaugural como, antes, en La restauración nacionalista, la investigación en la que se funda su plan maestro. Quisiera detenerme en el vitalismo que caracteriza la obra de Rojas y que, creo, permitirá caracterizar el vitalismo de los estudios literarios argentinos (donde “lo argentino” es antes un punto de vista que un contenido encorsetado, donde “lo argentino” es antes una fuerza de la imaginación que una cosa víctima de la museología).
关键词:Rojas;comparatismo;estudios literarios argentinos