摘要:Entre 1930 y 1942, Miguel Hernández recorrió todos los caminos por los que anduvieron los poetas del 27: purismo, surrealismo, neoclasicismo, poesía revolucionaria.. En su dinámico proceso de formación, el influjo de Aleixandre y Neruda —llegado a España en 1934— lo alejó de los principios católicos, pero también de la métrica clásica, y acentuó, en cambio, su inclinación natural al patetismo y a la exuberancia retórica. La ideologización que se apodera de su poesía, en medio de las tormentas políticas que afectaron a toda Europa en los años treinta, es visible en el poema “Sonreídme”, que representa el bautismo de este “hombre nuevo”. El poeta sigue las consignas de Trotski respecto de la relación entre subversión y arte socialista, y al odio de clases como elemento impregnante de la literatura revolucionaria; pero la nueva ideología no anula las viejas acuñaciones míticas y simbólicas de sus orígenes religiosos.