摘要:Puedo permitirme –por otra parte la ocasión de esta recopilación de textos es perfecta- hacer un poco de autobiografía. Pues bien, diría que el sentido (toda- vía) actual del pensamiento débil se encuentra en las temáticas que se delinean en mis escritos más recientes, esto es, en la temática religiosa y en la política. A mí ahora me interesan casi exclusivamente la (filosofía) política y la reflexión religiosa. No creo tener que argumentar la centralidad de estas dos temáticas para la coti- dianeidad del mundo –tardo industrial, neoimperialista, a veces decididamente apocalíptico- en el que vivimos hoy. Naturalmente, el significado de la filosofía que se expresa en el pensamiento débil no es sólo aquél (por otra parte de ninguna manera de poco valor) de hablar de las cosas que nos competen. Tiene también la ambición de hablar de alguna manera resolutiva. La visión "nihilista" que el pensa- miento débil extrae de la meditación sobre Nietzsche, Heidegger, también propone una -si se quiere paradójica- filosofía de la historia y de su sentido, que se puede resumir en la idea del debilitamiento del ser como única posibilidad de emancipa- ción. Nihilista es esta propuesta porque no obtiene la noción de debilitamiento de ningún descubrimiento metafísico de la "esencia" negativa del ser, de la verdad de la nada, etc. Sino que la lee en el curso de la historia de Occidente –en cuyo nom- bre, denso de sugestión, tierra del crepúsculo- sobre la huella de Nietzsche repen- sada a la luz de la diferencia ontológica heideggeriana. En esta lectura –como por otra parte puede documentarse mediante la lectura de los escritos nietzscheanos y heideggerianos, aunque no sólo de ellos- tiene un papel decisivo la presencia de la tradición judeo-cristiana. El pensamiento débil no sería posible sin la doctrina fun- damental de la Kénosis, de la encarnación de Dios como su descenso, su verdade- ra y propia autodisolución por amor. Con esto, no sólo la filosofía (nuestra filosofía occidental) encuentra sus bases en la tradición religiosa dominante a la cual se ha constantemente referido, de un modo polémico en muchas ocasiones. Pero el mismo cristianismo se presenta como todavía posible sólo en la forma del "debo- lismo". Con todo lo que este reconocimiento comporta en una posición polémica respecto a las actuales posiciones de las Iglesias y especialmente de la Iglesia católica