摘要:Cuando la muerte pone el fin, fin a lo que cada vez fue único, es el fin del mun- do 1 , o así mismo lo pensaba el propio Derrida, no cabe mucho más que decir que Adiós. Como el Adiós que el propio Derriba dijo ante las muertes de Levinas o de Blanchot. Adiós sin retorno, sin ninguna esperanza de reencuentro, en la implacable certeza de que no volverá jamás. Por eso con él se pierde el mundo. Y, efectivamente, no el fin de un mundo, no una interrupción momentánea de la cadena de mundos po- sibles, sino "el sólo y único mundo que hace a cada ser vivo un ser vivo solo y único". A pesar de esta perdida irremisible ante la que sólo cabe el adiós, Derrida sobrevivirá y nos sobrevivirá a muchos, aunque silenciemos su muerte o aceptemos su ausencia. Porque como también el nos advirtiera, "el sobrevivir es una posibilidad diferente o ajena tanto a la muerte como a la vida." El Sobrevivir es un concepto originario, que no se deriva. Hay supervivencia en el momento en que hay huella