摘要:Si, como pensaba Wittgenstein, de los problemas filosóficos sólo cabe esperar que se disuelvan, pues la mayoría no tienen solución, es hora de empezar a revolver el problema mente-cuerpo para que su disolución sea más rápida. La disolución de un problema consiste en mostrarlo de tal modo que la nueva descripción que hagamos de él no le muestre problemático. Contarnos las cosas de otro modo. Lo que sigue a continuación pretende ser el cuento de por qué un problema que parecía existir entre el cuerpo y la mente no era sino una confusión de intenciones. El cuerpo que reclamaba un director de sus funciones y la mente, empe.ada en cosas más elevadas, que quería convencerse de la verdad de sus pensamientos. La mente solicitaba del cuerpo que le dijera cómo había llegado a creer lo que creía y el cuerpo que preguntaba a la mente si sus creencias eran ordenes para la acción. Al final empieza a verse que la mente no puede indagar en el cuerpo las razones de la creencia y que el cuerpo no tiene un jefe sino que se comporta como un todo y que, a lo sumo, tiene la gentileza de informar a la mente de lo que le pasa y de lo que hace. Aún queda, es cierto, un problema por resolver. .Por qué la mente considera que estas razones del cuerpo son sus creencias. Pero, estoy seguro, que una buena terapia conseguirá sacar a la mente de su error, aunque ello suponga destituirla del puesto tan arduamente conquistado de director del cuerpo