摘要:Desde finales del siglo XV el océano Atlántico dejó de ser el inmenso horizonte ignoto e inexplorado que se hallaba más allá de las columnas hercúleas. A partir de ese tiempo las armadas comerciales y de guerra de España, Portugal, Francia, Inglaterra y Holanda, y cientos de navíos piratas y corsarios, lo surcaron convirtiéndolo en puente entre dos mundos y escenario inagotable de hazañas, aventuras, riquezas y destrucción. De esta manera el Atlántico sustituyó al Mediterráneo como escenario estratégico y espacio cultural preferente en la forja de la identidad europea. Los distintos proyectos políticos sucesivos que articularon el imperio de los Habsburgo hicieron del Atlántico un espacio propio recorrido por grandes flotas y sembrado de prósperas ciudades portuarias en ambas orillas, que alcanzó su plenitud durante las seis décadas de la unión ibérica (1580-1640). Y si América se vio obligada occidentalizarse por la fuerza de las armas y la evangelización masiva, Europa tuvo que adaptarse a una nueva realidad planetaria muy distinta a la que durante siglos había imaginado.